Hay una cosa sobre los ZombiSaurios que aún no termina de convencer a la comunidad científica.
Supongamos que un ZombiSaurio te atrapa y, oh, casualidades de la vida, consigue engullirte de un trago, sin ningún rasguño ni masticarte un poquito ni nada.
¿Qué pasa entonces, eh? ¿Te conviertes en zombi? ¿En zombi a medio digerir? ¿Necesitan los ZombiSaurios un potenciador del tracto intestinal? ¿Te aburres mucho mientras tanto? Qué pena que haya tan pocos voluntarios disponibles.
Pues en eso estamos, investigando. Lo que nos dejan, claro.
No os olvidéis de volver el jueves que viene, con las tiras de Sarnago, y luego otra vez el sábado, para un nuevo cromo cortesía de un servidor. ¡Hasta pronto!